¿POR QUÉ LOS GOBIERNOS OCCIDENTALES NO SE SOLIDARIZAN CON EL PUEBLO PALESTINO?

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Mientras Israel extermina a hombres, mujeres y niños en la Franja de Gaza, invocando su derecho a garantizar su seguridad, Estados Unidos y la UE contemplan la matanza con indiferencia, limitándose –en el mejor de los casos- a esbozar tímidas objeciones. Al margen de las cuestiones energéticas y geoestratégicas, nadie quiere proporcionar argumentos que permitan lanzar la temida acusación de antisemitismo. Los niños palestinos mueren carbonizados, mutilados o agujereados porque Israel quiere explotar los yacimientos de gas situados en las aguas territoriales de Gaza y porque existe una inequívoca voluntad de forzar una segunda Nakba o emigración forzosa, semejante a la de 1948, que expulsó de sus hogares a casi un millón de palestinos. No es una exageración hablar de genocidio o limpieza étnica. Israel sigue los pasos de Estados Unidos, que aplicó el mismo procedimiento con los pueblos nativos americanos. Los pueblos nativos americanos son en realidad las primeras naciones de un continente diezmado por el colonialismo europeo, pero en la actualidad sobreviven en reservas, sin la posibilidad de constituir un gobierno que refleje su identidad cultural. Sus derechos se extinguen en el humillante fidecomiso de sus propias tierras en calidad de gestores y administradores. Israel ni siquiera reconoce a los palestinos como pueblo, pues estima que solo son árabes, población hostil e incompatible con el proyecto de recuperar algún día las fronteras del Antiguo Testamento.

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LA PASIVIDAD DE EUROPA Y ESTADOS UNIDOS ANTE LA SHOAH

La UE y Estados Unidos no quieren acusar a Israel de genocidio y crímenes de guerra, pues la Shoah se ha convertido en una imbatible coartada, que se explota con vergonzoso cinismo. Casi todos los pueblos ocupados por el Reich alemán durante la Segunda Guerra Mundial colaboraron en la deportación de sus ciudadanos de origen judío, sin ignorar su terrible destino. El infame gobierno de Vichy se plegó a las exigencias de los nazis con auténtico fervor antisemita, movilizando a miles de policías para deportar a 74.000 conciudadanos judíos. 42.000 acabaron en Auschwitz. Solo 811 regresaron a Francia. En cambio, cuando el 1 de octubre de 1943 Adolf Hitler ordenó la deportación de los judíos daneses, el movimiento de resistencia y un gran número de ciudadanos anónimos se movilizaron para trasladar a la neutral Suecia a 8.000 judíos. Gracias a esta audaz maniobra y a las gestiones diplomáticas de las autoridades, solo perdieron la vida 102 judíos daneses, de acuerdo con los datos del Yad Vashem. El antisemitismo es un viejo prejuicio cristiano que en los años 30 gozaba de excelente salud en Europa y Estados Unidos. Joseph Kennedy, William Randolph Hearst y Henry Ford -que sería condecorado por los nazis con la Gran Cruz de la Orden Suprema del Águila Alemana, la distinción más alta que podía recibir un extranjero- nunca ocultaron su odio hacia los judíos y aprovecharon su poder para influir en la opinión pública norteamericana, ensalzando las dictaduras de Hitler y Mussolini. Walt Disney se movió en la misma línea y el gobierno de Franklin Delano Roosevelt restó importancia a la Shoah, pese a conocer perfectamente lo que sucedía. No quería perder el voto judío, pero tampoco el de los evangélicos y los irlandeses católicos, notorios antisemitas. Cuando en 1943, Jan Karski, representante del gobierno polaco en el exilio y testigo presencial de la matanza de judíos en el gueto de Varsovia y el campo de tránsito de Izbica, se entrevistó con Roosevelt para informarle del genocidio, el presidente le contestó con evasivas y desvió la conversación hacia la hípica, una de sus pasiones, preguntándole por las características de los caballos europeos. Ni siquiera se planteó bombardear las vías ferroviarias utilizadas por los nazis para deportar a millones de judíos. En esas fechas, los judíos norteamericanos sufrían discriminación laboral y se limitaba su acceso a colegios y universidades. Después del bombardeo de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, muchos jóvenes judíos se alistaron en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Algunos ya habían luchado contra el fascismo en España como voluntarios de las Brigadas Internacionales. Los gentiles con un título universitario se convertían automáticamente en oficiales, pero ese criterio no se aplicaba con los judíos y, además, se les prohibía incorporarse a los servicios de inteligencia o la Fuerza Aérea, virulentamente antisemita. Si querían alistarse en los marines, les exigían una explicación. Si manifestaban que deseaban frenar el avance del fascismo, chocaban con un muro de incomprensión, pues los oficiales esperaban escuchar a los reclutas que su intención era “matar japos”. Aunque 550.000 judíos americanos lucharon en los campos de batalla europeos, soportaron el mismo desprecio que los afroamericanos, lo cual explica que años más tarde muchos judíos apoyaran la campaña por los derechos civiles encabezada por Martin Luther King. La prensa estadounidense no mostró mucha preocupación por la suerte de los judíos europeos. Incluso The New York Times, cuyos dueños (Ochs y Sulzberger) eran de procedencia judía, relegó a la página doce el informe de la historiadora Déborah Lipstadt sobre la deportación de 400.000 judíos húngaros a Auschwitz II (Birkenau), donde les esperaban las cámaras de gas y los crematorios. Cuando se produjo el levantamiento del gueto de Varsovia, el diario habló de patriotas polacos y no de Resistencia judía. El New York Herald Tribune, el Washington Post y Los Angeles Times obraron del mismo modo. Solo en la primavera de 1944, la Fuerza Aérea accedió a bombardear el complejo industrial de Auschwitz III (Monowitz), pero el ataque no incluyó las cámaras de gas ni las vías de tren que transportaban a los seleccionados para recibir “tratamiento especial”. Esta vergonzosa maniobra insinúa que las vidas de los deportados se consideraban menos importantes que la destrucción de las fábricas de munición.

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LA COMPLICIDAD DE EUROPA Y ESTADOS UNIDOS EN EL GENOCIDIO DE GAZA

La historia se repite con los palestinos, que en las últimas semanas están soportando en la Franja de Gaza un violento ataque militar del Tzahal. No se puede hablar de guerra, pues los palestinos carecen de un ejército regular y las milicias de Hamás poseen un arsenal ridículo, con escasa capacidad de infligir bajas. Sarah Woznick, enfermera norteamericana de Médicos Sin Fronteras, ha trabajado seis meses en la Franja de Gaza y acaba de abandonar el lugar, pues los ataques israelíes por tierra, mar y aire no discriminan entre civiles, personal sanitario y milicianos de Hamás. “No hemos podido desarrollar parte de nuestras labores médicas por falta de seguridad. […] Los palestinos sufren mucho, sobre todo los niños. Cada vez que había un ataque los niños se agarraban a las piernas de los padres, intentando protegerse. […] Aparte de los que mueren y los que resultan heridos, los niños de Gaza están sufriendo mucho psicológicamente. […] Un niño llegó con quemaduras en todo el cuerpo, con 100 pedazos de metralla incrustados”. Cuando le preguntan si los milicianos de Hamás se parapetan en los hospitales, según afirma el gobierno y la prensa israelíes para justificar sus bombardeos sobre escuelas y centros médicos, Woznick afirma que no conoce ningún caso ni ha escuchado ningún testimonio en ese sentido. Es un acto de cinismo afirmar que el Tzahal actúa con criterios selectivos, pues sus avisos para abandonar los edificios convertidos en blancos militares solo proporcionan a la población civil un ridículo margen de tiempo que no excede los cinco minutos. La Franja de Gaza está compuesta por 385 kilómetros cuadrados limitados al Mar Mediterráneo, Egipto –que ha recuperado su papel de aliado de Israel y Estados Unidos- y las fronteras israelíes. Apenas hay donde esconderse. “Te metas donde te metas te van a bombardear. Gaza es una ratonera, pero ¿adónde podemos ir?”, exclaman los palestinos.

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El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha aprobado una resolución que condena a Israel por su ofensiva militar y ha creado una comisión para investigar los crímenes y las violaciones del derecho internacional. Solo se ha opuesto Estados Unidos, que ha calificado la resolución de “destructiva”, y 17 países –entre los que se encuentran Alemania, Francia, Reino Unido y España- se han abstenido. Israel ha ironizado sobre la resolución, afirmando que solo es “una farsa”. Navi Pially, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha afirmado que hay indicios de crímenes de guerra en la Operación Margen Protector, que de momento le ha costado la vida a 735 palestinos y ha provocado graves heridas en casi 5.000. El 85% son civiles. Al menos, 175 eran niños y más de un centenar mujeres. Ya hay 110.000 desplazados que han huido de sus hogares y, según Save the Children, cada hora muere un niño palestino. Israel ha bombardeado once escuelas, un pozo de agua que abastecía a 1.500 personas, un hospital, una escuela de Naciones Unidas en Beit Janún y un almacén gestionado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA). Navi Pially ha recordado que desde el 12 de junio Israel ha detenido a más de 1.200 palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este, sin presentar cargos. Simplemente, ha realizado una detención administrativa que puede prolongarse indefinidamente, sin aportar pruebas incriminatorias. Estos hechos solo pueden calificarse de secuestro. Israel disfruta de una escandalosa impunidad. Solo eso explica que Tizpi Livni, Ministra de Justicia, haya declarado al diario Yediot Aharonot: “¡Venid a buscarme!”, burlándose de la orden –ya revocada- de un tribunal británico, exigiendo su detención para interrogarla por crímenes de guerra en la Franja de Gaza durante la Operación Plomo Fundido (2008-2009). En esa época, Livni –antigua agente del Mossad– ocupaba los cargos de primera viceministra y ministra de Asuntos Exteriores. Hasta ahora el Tzahal ha sufrido 35 bajas. Es un número insignificante que refleja la asimetría de los contendientes, pero que triplica la cifra de 10 caídos durante la Operación Plomo Fundido, cuando 1.400 palestinos perdieron la vida bajo el fuego israelí. El Presidente Barack Obama ha lamentado la muerte de civiles, pero ha defendido el derecho de Israel a protegerse. En un alarde de cinismo, ha aprobado una ayuda de 47 millones de dólares para reconstruir Gaza, mientras continúan fluyendo ingentes cantidades de dinero para mantener en funcionamiento la maquinaría militar israelí.

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ISLAMOFOBIA Y EL RESURGIR DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO

Uno de los crímenes del Tzahal que debería perdurar en la memoria colectiva es el asesinato de un joven palestino desarmado, que fue abatido y rematado ante las cámaras por francotiradores israelíes, mientras buscaba a sus familiares entre los escombros. ¿No es una triste repetición de los disparos del Hauptsturmführer SS Amon Göth desde el balcón de su residencia en el campo de concentración de Plaszow en la Polonia ocupada por la Alemania nazi? ¿Cómo es posible que los países occidentales toleren y no condenen esta masacre? Evidentemente no es tan solo por su subordinación a Estados Unidos ni por el miedo a ser acusados de antisemitas. No es solo por los yacimientos de gas en las aguas territoriales de Gaza, sino también por la profunda islamofobia que se ha propagado en el mundo desde el 11-S, un brutal atentado sin esclarecer que proporcionó la excusa perfecta a Estados Unidos para intervenir en Oriente Medio y proseguir sus planes para reordenar una zona de vital importancia en el suministro de combustibles fósiles. La islamofobia presupone que el Islam es una religión primitiva, irracional, cruel, racista, violenta y sexista. Los deleznables artículos de Michel Houellebecq, Oriana Fallaci y Antonio Elorza, mandarín del diario El País, han contribuido a fomentar esa visión, cuando lo cierto es que tanto en El Corán como en la Biblia hay frases igualmente inaceptables para la sensibilidad contemporánea, así como invitaciones a la compasión, el perdón y la tolerancia. Estados Unidos combatió el panarabismo de inspiración socialista en los años de la Guerra Fría y financió el fundamentalismo islámico, no menos dañino que el fundamentalismo cristiano, aliándose con Arabia Saudí, donde reina el wahabismo, una de las versiones más radicales del Islam. La desintegración de la Unión Soviética le dejó durante un tiempo sin el enemigo que justificaba sus desorbitados gastos militares, pero el 11-S restableció el clima de confrontación que sirve de coartada a su agresivo imperialismo. El Islam se ha convertido en el mejor comodín de la diplomacia norteamericana. Por un lado, se fomenta en la opinión pública el odio a los regímenes musulmanes, minimizando el impacto que causa la muerte de civiles palestinos, afganos o iraquíes en operaciones militares de la OTAN, Israel o Estados Unidos en solitario. Por otro, se promueve la constitución de un califato islámico en Siria e Irak que prepararía la batalla final contra Irán, la llave que permitiría controlar las repúblicas caucásicas limítrofes con Rusia, estrechando el cerco contra el oso ruso, su principal rival. La prestigiosa politóloga iraní Nazanín Armanian no alberga dudas sobre las intenciones de Estados Unidos. En mayo de 2014 Armanian publicaba en su blog Punto y seguido el artículo “La ofensiva simultánea del intrépido Obama contra Rusia y China”, donde afirma: “Ni en sus mejores años de imperialista Washington se había atrevido a actuar como un suicida: mientras planea un enfrentamiento directo con Rusia en Ucrania, Barack Obama visita a sus aliados asiáticos ─Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas─, en el marco de su política del Regreso a Asia, para contener el avance de China en el mundo. […] El Pentágono planea  aumentar  las operaciones de vigilancia cerca de China, desplegar cazabombarderos y usar misiles para destruir la infraestructura militar del enemigo y enviar un portaaviones al Estrecho de Taiwán.  […] La línea roja autoimpuesta por Moscú de que consideraría el ataque a los ciudadanos rusos en Ucrania como un ataque a la propia Rusia,  puede convertirse en una trampa mortal para Putin. Es justo lo que busca Washington: involucrarle en una larga guerra de desgaste en Ucrania para así tumbar su economía, dañar su peso en las relaciones internacionales (ahora que se había convertido en mediadora de los conflictos como el de Irán y de Siria), parar el proceso de la mejora de sus relaciones con los Estados exsoviéticos, privar  a la Vieja Europa de un sólido socio comercial (y venderle su excedente de gas de esquisto), obligarla a participar en las sanciones económicas contra Moscú e incluso entrar en guerra contra su proveedor de gas, y ¿cómo no?  dar un nuevo protagonismo a la OTAN. El Pentágono va a desplegar más paracaidistas en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania,  enviará un  buque de guerra al Mar Negro y en unos meses realizará la maniobra Operación Trident con Ucrania”. Armanian señala que Estados Unidos refuerza su estrategia política con atentados terroristas para desestabilizar a sus adversarios y cita la masacre de Odessa y el atentado en la estación de tren de Xinjiang, la región musulmana de China fronteriza con Afganistán y Pakistán. En ambos casos, los hechos coincidieron con la presencia en Ucrania de John Brennan, ex director de la CIA, y Joe Biden, vicepresidente de los Estados Unidos. No hay que estrujar mucho la imaginación para descubrir que Washington intenta forzar una intervención militar de Rusia. El atentado en Xinjiang se produjo poco después de la gira de Obama por Asia. Esta vez se trataba de desestabilizar una región fronteriza con países controlados por Estados Unidos. Armanian también ha señalado que el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en la Cisjordania ocupada solo favorecía a los intereses israelíes y ha cuestionado la existencia de Al Qaeda y la misteriosa ejecución de Osama Bin Laden, al que llama “el Fantasma”. Me he permitido citar a Armanian con tanta extensión por su enorme calidad como analista y porque sus hipótesis sobre operaciones de bandera falsa y terrorismo financiado por Estados Unidos tal vez resultan más creíbles que mis especulaciones. Hace poco, alguien me recriminó que atribuyera al Mossad el secuestro y presunto asesinato de los tres jóvenes judíos en la Cisjordania ocupada, asegurándome que un judío jamás atentaría contra la vida de otro, olvidando que en el atentado contra el Hotel Rey David cometido por el Irgún el 22 de julio de 1946 murieron 17 judíos. En esas fechas, dirigía el Irgún Menájem Beguín, futuro Primer Ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz en 1978.

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EL ANTISEMITISMO COMO CORTINA DE HUMO

Mientras escribo este artículo habrán muerto más palestinos y tal vez algún soldado del Tzahal. Hace unos días, Marcos Ricardo Barnatán, judío sefardita nacido en Buenos Aires, visitó mi página en Facebook y calificó de repugnate mi artículo “¿Por qué el Estado de Israel asesina a niños palestinos?”. Buscando algunas de sus declaraciones, descubrí la siguiente perla: “¿España antisemita? Claro que sí: llevó aquí 45 años y he oído todos los eructos antisemitas que se pueda imaginar”. No sé si sufro alucinaciones visuales, pero en su foto de perfil posa con una pulsera con los colores de la bandera española y el escudo constitucional al fondo. Me cuesta trabajo entender esta paradoja, pero le remito a las conocidas palabras de Norman Finkelstein, judío norteamericano hijo de una superviviente de Auschwitz y Majdanek: “No existe nada más despreciable que usar el sufrimiento y el martirio de las víctimas del nazismo para intentar justificar la tortura, la brutalidad, la demolición de hogares que Israel comete diariamente contra los palestinos”. Dicho de otro modo: no hay excusas para justificar el martirio del pueblo palestino, que se produce por una mezcla de colonialismo, racismo e inconfesables intereses económicos y geoestratégicos. Para finalizar añadiré que los países occidentales no se solidarizan con el pueblo palestino porque los intelectuales, los artistas y los escritores hace mucho que renunciaron a cualquier forma de compromiso, más preocupados por los premios y homenajes que por el sufrimiento de sus semejantes. Al igual que los argelinos que luchaban contra Francia por su independencia, los palestinos solo disponen de su coraje para evitar su desaparición como pueblo. Indudablemente, todos somos culpables del genocidio que se está cometiendo ante nuestros ojos. Escribir un artículo no nos descarga de esa responsabilidad.

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RAFAEL NARBONA

Rafael Narbona.es

 

 

‘Pogromo’ palestino y ser mujer bajo el Gran Muro

Nazanín Armanian, 28-07-2014

¡Matad a todas las madres palestinas para que dejen de parir “pequeñas serpientes”!, propone Ayelet Shaked, la diputada israelí, ignorando que las “soluciones finales” nunca lo han sido y que suelen estallar en la cara de sus idearios. Antes de los nazis, en la Rusia de 1880 también se incitó el pogrom «linchamiento» de las familias judías y el expolio de sus bienes. Los palestinos, al igual que los judíos, sobrevivieron a esta y a otras rondas de exterminio, a pesar de esta señora o del rabino Dov Lior, quien ha lanzado una fatwa legitimando la masacre de los palestinos.

Afortunadamente, éstos, al igual que Buko Haram, Taliban o Bin Laden, no representan la ética de millones de personas a las que afirman representar. Si tales barbaridades las hubiera dicho un líder político o religioso palestino contra los israelíes, ahora estaría en uno de los Guantánamos acusado de la incitación al odio y terrorismo, y su tierra arrasada por la aviación de la OTAN en nombre de la civilización.

El triple desafío de la mujer palestina

1. Como nativas de una tierra enfrentada a una agresión imperialista-colonial, ocupada y sometida a una limpieza étnica sistemática, las palestinas, incluso en los tiempos de paz, sufren el bloqueo más largo de la historia, que prohíbe la entrada de los siguientes artículos al gueto en Gaza:

Lentejas, pasta, especias, galletas, dulces y chocolate entre otros alimentos, causando la desnutrición de 4 de cada 5 niños y la mitad de las mujeres; libros, lápices de colores, papel y ordenadores; balones de fútbol e instrumentos musicales; papel higiénico, ropa, vasos, cubiertos, vajilla, nevera, lavadora, bombillas de luz, agujas, sábanas, mantas, zapatos, colchones; cuerdas de pescar , varillas y criaderos de peces; piezas de repuesto para coches y sillas de ruedas, entre otros objetos.

Mientras:
– Demuelen con bulldozer las viviendas: unas 20.000 desde el año 2000. Aplastaron bajo sus máquinas, en el 2003, a Rachel Corrie de 23 años, activista estadounidense del Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM) cuando impedía la destrucción de una casa palestina.

– Cometen “Ecocidia”: han arrancado de cuajo 1,4 millones de árboles frutales, entre 2000 y 2006. Han matado y golpeado a decenas de mujeres y hombres campesinos.

– Les cortan la electricidad y el agua durante horas o días, y a través de decenas de puestos de control, les impiden la libre circulación (ver: http://www.palestinalibre.org), dificultándoles acudir a sus trabajos, centros académicos e incluso a hospitales. Según Amnistía Internacional (AI), a Rula Ashtiya, embarazada que de madrugada iba a un ambulatorio para dar a luz acompañada de su marido, le impidieron el paso, siendo obligada a tirarse al suelo y parir delante de ellos mismos. El bebé murió minutos después y sólo entonces le dejaron ir a pie al hospital en Nablus, con su hijo muerto en los brazos. En el caso de Maysoon Saleh Nayef, a punto de dar a luz, su coche fue parado por estos controles y nada más arrancar fue tiroteado por los soldados. Mataron a su marido y a ella la hirieron en un hombro. En estado de shock, la sacaron del coche, le obligaron a quitarse la ropa ¡para cachearla!, y luego la dejaron desnuda tirada en el suelo, negándole además algo para cubrirse. Después, llamaron a una ambulancia —¿para mostrar que no eran tan inhumanos, quizás?—, y ella dio a luz a Fida, su niña huérfana. Maysoon, para colmo, no podía regresar a la casa conyugal, ya que sus suegros le hacían responsable de la muerte de su hijo (más casos en los informes de AI y el articulo “y los gemelos murieron” —And The Twins Died— del periodista israelí Gideon Levy).

Un conjunto de situaciones de terror y malas condiciones de vida que hicieron disparar los abortos involuntarios en Cisjordania en un 58% en 2012.

Con tales restricciones sobre el libre movimiento y la escasez de medios en los hospitales sería un disparate hablar de pruebas de prevención de enfermedades como el cáncer. Jahr de Jan Yunis, de 38 años y madre de cuatro hijos, consiguió viajar a Egipto para el tratamiento del cáncer de mama, pero no le dejaron regresar a Gaza, a su casa, mientras entre el 70% y 75% de sus hermanas israelíes se curan en su mismo país.

Fabricar palestinos enfermos, mutilados, incapaces durante las próximas décadas para defender sus derechos sobre su tierra es una estrategia política. Que quitándole el pan, agua, luz, libros, y seguridad a toda una nación, se tenga la indecencia de preguntar “por qué no hay grandes científicos entre los palestinos mientras decenas de judíos son premios Nobel” es indignante.

2. Como ciudadana discriminada por leyes teocráticas de los gobiernos de Gaza y de Cisjordania: ella necesita un tutor varón para realizar muchas gestiones, como si se tratase de una menor o incapacitada mental; la poligamia y el matrimonio infantil son legales. La falta de oportunidades laborales y un seguro social les arrebata el derecho a emanciparse. Ante las exigencias de las feministas, el Gobierno recién formado de la Unidad Nacional ha incluido a tres mujeres en su gabinete, como un intento de cambiar las leyes. Israel, que pretende impedir un Estado palestino a toda costa, canceló los permisos de viaje de los ministros palestinos entre Cisjordania y Gaza días antes del ataque.

3. Como mujer, por estar sometida a las tradiciones y una cultura profundamente patriarcal que le reducen en el “honor” de la familia, negándole su identidad independiente y el derecho a dirigir su vida. El desempleo masivo de los hombres, que ha destruido el tejido tradicional de la familia perturbando los roles, ha propiciado el trabajo de la mujer fuera del hogar, sin que ello haya supuesto su liberación, ya que se han convertido en mano de obra barata de los colonos judíos que han ocupado sus tierras agrícolas, y encima su propia comunidad les acusa de traidoras. Según el movimiento feminista palestino “Assiwar”, unas 40 mujeres murieron en 2013 a mano de sus familiares varones por este maldito honor. Sin apoyo institucional y con un cultura de resignación y aguante, algunas renuncian a ejercer los pocos derechos que tienen a beneficio de los hombres del grupo a cambio de ser protegidas por ellos, y a otras, las subversivas, se las chantajea, recomendándoles posponer sus reivindicaciones feministas para después de ganar la batalla nacional, si no quieren ser acusadas de antipatrióticas.

Y tres desafíos de la mujer israelí

1. “No en mi nombre” ha sido una de las consignas de cientos de mujeres y hombres judíos que han protestado contra los crímenes cometidos por su Gobierno en los territorios ocupados. Aunque desde 1948 el Movimiento de Mujeres Democráticas, fundado por militantes árabes y judías del Partido Comunista de Israel, y otras organizaciones progresistas habían trabajado en circunstancias muy difíciles por la igualdad de la mujer, las minorías étnicas, la separación entre religión y Estado y una paz justa entre ambos pueblos, las feministas judías empiezan a conocer el sufrimiento palestino tras la primera Intifada en 1987, que es cuando además asumen el arriesgado papel de ser la transmisora de esta realidad a la sociedad israelí sometida, según ellas, a un sofisticado lavado de cerebro. El proyecto “Enlace Jerusalén” o “Mujeres de Negro” han sido parte de esta compleja alianza, que a pesar de la asimetría en la relación —unas son ricas y pertenecen a la nación ocupante, y las otras pobres y colonizadas como pueblo—, sigue adelante con sus altibajos.

2. Como ciudadana de un Estado semiteocrático, que no les considera iguales ante la ley. El Gran Rabinato que controla la Ley de Familia las discrimina por su género: ella, por ejemplo, no conseguirá el divorcio si el esposo se niega a dárselo, condenándole así a ser “agunah” (anclada, encadenada) de forma indefinida, e impidiéndole que se case de nuevo o tener hijos “legítimos”. Éstos serán registrados como bastardos y sólo podrán casarse con personas de una lista. Ellas, al contrario de las musulmanas, no pueden incluir sus condiciones en el contrato matrimonial y librarse de estas normas prehistóricas.

Las israelíes van asestando golpes en la estructura patriarcal-religiosa de su sociedad y toman posición: Dorit Beinisch es presidenta de la Corte Suprema, y el 22% de los parlamentarios son mujeres (en Ruanda el porcentaje es de 64%, y en Pakistán, del 20%), y no todas son como Ayelet Shaked.

3. Como mujer “intocable” y despreciada por los poderosos grupos fundamentalistas. La batalla de las “Rosa Parks” israelíes contra la segregación en algunas líneas de autobuses ha dado “medio resultado”: esta ofensa será ilegal, aunque los conductores pueden pedir a las mujeres que ocupen los asientos traseros. ¡Menuda solución para atajar la mentalidad discriminatoria! Las “Patrullas del recato” de los extremistas Haredi, aunque no llegan a actuar como los Taliban, acosan a las mujeres por su vestimenta e incluso por rezar en voz alta.

La mirada sexual a la mujer que recorre los textos sagrados de las religiones abrahámicas fortalece la estructura patriarcal de la sociedad (ver: De dioses y genitales humanos). Así, el 76% de las judías y el 79% de las árabes israelíes temen un asalto sexual. Entre 2003 y 2010 estas agresiones aumentaron de forma espectacular. El ex presidente del país, Moshe Kasave, está en prisión por violación. Según la Organización Internacional sionista (WIZO), el año pasado, unas 200.000 mujeres fueron víctimas de la violencia de género y 600.000 niños fueron testigos de las agresiones. Y eso que tan sólo se denuncia el 20% de los casos. A diferencia de las palestinas, ellas y sus hijos disponen de numerosos centros de atención y casas de acogida.

Un movimiento feminista de izquierda palestina-israelí es clave para la consecución de la paz. Ellas tienen derecho a estar en la mesa de negociaciones para conseguir una solución que no sea militar, sino progresista y justa.

 

Público.es – Punto y seguido

Otro día de horror] Mueren 66 personas en las últimas horas en Gaza por la ofensiva sionista: 714 palestinos y palestinas asesinadas

Escrito por  Kaos. Solidaridad con Palestina

[Otro día de horror] Mueren 66 personas en las últimas horas en Gaza por la ofensiva sionista: 714 palestinos y palestinas asesinadas Foto: EFE

Más de 66 palestinos y palestinas murieron este miércoles, 16º día de la ofensiva militar israelí contra Gaza, elevándose así a más de 714 las personas palestinas asesinadas en la ofensiva de Israel desde el 8 de julio, según el portavoz de los servicios de emergencia palestinos, Ashraf al Qudra.

En el otro campo han muerto 32 soldados, la mayoría en combate en Gaza, dos civiles en Israel por un obús disparado desde Gaza, y un trabajador extranjero víctima de un obús palestino. Al Qudra señaló 18 personas muertas en ataques a primera hora del jueves. El balance no cesa de agravarse.

Varios niños figuran entre las víctimas de los bombardeos aéreos y artilleros contra los sectores del enclave palestino.

Grupos de derechos humanos indican que más de 80% de los palestinos muertos son civiles, y el Centro de Derechos Humanos de Palestina, con sede en Gaza, indicó que 90 de los muertos son mujeres y 160 niños. La mayoría de las víctimas palestinas son civiles.

Seis palestinos de una misma familia, incluyendo dos niños, murieron la mañana del jueves en un bombardeo israelí al oeste de Jan Yunes, sur de la Franja de Gaza, indicaron los servicios de socorro palestinos.

“Seis miembros de la familia Al Aftal, incluidos una niña de 5 años y un niño de 3 años, murieron”, precisó Ashraf al Qudra, portavoz de los socorristas en la zona.

Con esto, suman 18 los palestinos muertos durante la jornada en bombardeos israelíes.

Grupos de derechos humanos indican que más del 80% de los palestinos muertos son civiles, y el Centro de Derechos Humanos de Palestina, con sede en Gaza, indicó que 90 de los muertos son mujeres y 160 niños.

Según la ONU también, la mayoría de las víctimas palestinas son civiles.

Stefan Dominioni, voluntario de Médicos sin Frontera, informó desde Gaza que muchas organizaciones de ayuda se han retirado de la Franja debido a las condiciones de inseguridad que enfrentan día a día para atender a los cientos de heridos que llegan.

En entrevista con Lo Que Queda del Día, Dominioni, quien se encuentra en el norte de Gaza a cargo de la logística, indicó que actualmente el equipo de Médicos sin Fronteras lo componen cinco personas de distintas nacionalidades: Italia, Nueva Zelanda, Rumania, Australia y Francia.

«Hacemos sólo lo mínimo y con mucha precaución», explicó respecto a los problemas que enfrentan en medio de un conflicto que ya ha dejado 700 muertos, en su mayoría civiles.

Dominioni explicó que «para poder trabajar en condiciones de inseguridad y con tantos heridos, ellos (los médicos) están muy concentrados en sus trabajo y tratan de no prestar atención a lo que pasa alrededor, sólo a sus pacientes».

Además señaló que trabajan en lugares que Israel conoce y con el permiso de ellos, por lo que «no somos una meta, no corremos un riesgo directo».

El voluntario en Gaza informó que al menos un cuarto de los muertos son niños y una mitad son mujeres. La gran mayoría llega «con heridas por explosión o por fuego, traumas, fracturas, los casos más graves mueren a los pocos minutos de llegar» debido a la «intensidad de las lesiones».

El médico además comentó que muchas organizaciones de ayuda «eligieron salir porque era demasiado peligroso», y que sólo queda la Cruz Roja y algún otro grupo.

Sin embargo, explicó que por el bloqueo «la mayoría no puede salir».

«Muchos tuvieron que evacuar de sus casas, ahora están viviendo todas las familias juntas. Por ejemplo, una casa donde vivían nueve ahora hay 40», comentó.

Respecto a la labor que realizan, detalló que «trabajamos donde hay necesidad, no tomamos parte en las decisiones políticas», puntualizó.

Kaos en la red

Éxodo palestino tras la brutal matanza de Shujaiya

OFENSIVA CONTRA GAZA / AL MENOS 89 MUERTOS EN EL ATAQUE ISRAELÍ A UN BARRIO DE LA CIUDAD

CUARTOPODER | Publicado: 20/7/2014
 
 
Noventa palestinos muertos en un solo día, la gran mayoría en el barrio de Shujaiya, al este de la ciudad de Gaza. La jornada más sangrienta de la ofensiva israelí contra la Franja deja un total de 430 muertos, 112 de ellos niños o menores de edad, así como 45 mujeres y 25 ancianos. El ataque aéreo y terrestre contra el mencionado barrio ha sido tan brutal que el Comité Internacional de la Cruz Roja ha exigido a las partes un alto el fuego de cinco horas para poder evacuar a muertos y heridos. Tras la paralización momentánea de los combates, cientos de personas han huido del barrio en un éxodo del que son una pequeña muestra la imágenes de este post.

Desde el lado israelí también se hace balance de bajas. Las Fuerzas Armadas aseguran que 13 soldados han muerto hoy domingo en la ofensiva, la mayor cifra de bajas en un solo día que tiene en años el Ejército de Israel.

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Colombia – Llega el turno de las víctimas al diálogo de paz del Gobierno con las Farc

La paz en Colombia. Memoria histórica y terrorismo de Estado

Lorenzo Benítez, miembro del área de Solidaridad Internacional de APDHA

Las FARC entregan al CICR a un militar colombiano desaparecido desde hace tres días

Un miembro de la guerrilla de las FARC vigila el camino que conduce a la zona rural de Miranda Cauca / EFE

La paz de los vivos requiere la paz de los muertos. La memoria histórica es uno de los ejes de la negociación que mantienen el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Mis amistades colombianas están cruzadas por la guerra de una u otra manera. El terror forma parte de sus emociones, naturalizado en privado, en silencio, sugerido o explícito, de la misma forma que su revelación pública se ha cercenado durante décadas.

Más de sesenta años de violencia extrema, aniquiladora de cuerpos y de la condición humana, han dejado un balance feroz. La atrocidad ha quebrado la población, el territorio y los recursos -legales o ilegales, como la cocaína- en diversas etapas, hasta hablarse del riesgo de balcanización de Colombia. Y de la banalización de su violencia. Pero este país, tan rico en fuentes energéticas y minerales, se resiste a la fragmentación del infierno. Ahora afronta un escenario colectivo, complejo y esperanzador. Apartar las armas y hacer memoria. Documentar la guerra y contar la verdad. Hacer justicia, reparar a las víctimas y pedir perdón. Algo que en España no hicimos y todavía lamentamos.

La guerra dejó al menos 220.000 personas asesinadas, 25.000 desaparecidas y 4.744.046 desplazadas entre 1958 y 2012. Son los datos recabados por el informe Basta Ya, del Grupo de Memoria Histórica (CNMH), creado al amparo de la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz y publicado el pasado mes de julio. De esa cantidad, 177.307 fueron perpetrados contra la población civil y unas 40.787 víctimas mortales corresponden a las partes combatientes. De los 16.340 asesinatos selectivos registrados por el CNMH entre 1981 y 2012, los paramilitares fueron responsables del 38,4 %, a los grupos armados no identificados se le atribuyó el 27,7 %, a las guerrillas el 16,8 %, a la fuerza pública el 10,1 %, a desconocidos el 6,5 % y a la alianza entre la ultraderecha armada y a los cuerpos de seguridad del Estado el 0,4 %.

Insisto: 25.007 personas siguen desaparecidas desde 1985, solo según este informe, importante pero insuficiente. Estos números apuntan indicios firmes sobre la cooperación de las fuerzas del Estado y los grupos paramilitares o criminales cuyas acciones violentas excedieron brutalmente el combate a las guerrillas. Son cifras imprecisas. La directora del estudio, Martha Nubia, destacó que estos números «muestran la dimensión del conflicto pero no pueden dar cuenta de lo que pasó porque los actores armados acudieron a estrategias para la invisibilización» de los hechos. El objetivo principal era la eliminación del otro, no solo físicamente, sino de la memoria colectiva, a través de la crueldad y el pánico.

El espectro ideológico colombiano se caracteriza por una fuerte polarización de acuerdo con un clasismo socioeconómico casi patológico. Este rasgo estructural ha marcado a fuego la evolución del país e incluso impregna el lenguaje coloquial de los colombianos. Del uno al seis es fácil que una persona sea calificada en Bogotá a tenor de su estrato residencial. Es decir, según la calificación del inmueble y las ayudas públicas que recibe, lo que determina la prestación de servicios o el pago privado de sobrecostes en el caso de las familias de una riqueza exacerbada, integradas en los estratos cinco y seis. Según el documento 3386 del Consejo Nacional de Política Económica y Social de 2005, más del 63 % de la población se aglutinaba en los estratos uno y dos, de pobreza y pobreza extrema, mientras que los estratos cuatro, cinco y seis agrupaban a un 9,5 % de los hogares colombianos.

Opinadores de extrema derecha han resaltado el sesgo marxista y la manipulación del conflicto en el informe Basta Ya. Del mismo modo voces cercanas a las guerrillas o asentadas en posturas moderadas de izquierda han visto la mano de Estados Unidos detrás de los investigadores sociales que han trabajado en el informe durante seis años. Ambas interpretaciones no le restan valor como primer instrumento, no acabado -esperamos una memoria de la verdad oficial-, para entender la magnitud del conflicto. Sus recomendaciones están orientadas al derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación de las víctimas para evitar la repetición de las atrocidades. La primera recomendación atañe al Presidente del Gobierno, que debe reconocer la responsabilidad estatal en los crímenes.

Además se sugiere dotar de recursos a los organismos necesarios para esclarecer cuál fue el papel de los servicios de seguridad. En concreto el temible DAS, el Departamento Administrativo de Seguridad, cuyo cierre fue ordenado por el presidente Juan Manuel Santos el 31 de octubre de 2011. La Corte Suprema investiga a decenas de funcionarios y ex altos cargos del departamento. Diversos órganos del Estado pudieron articular un plan de exterminio de los adversarios políticos, sociales, económicos, intelectuales o sencillamente por cuestiones personales. ¿Son crímenes de lesa humanidad? Hay motivos para iniciar una causa internacional en ese sentido. De momento hay sentencias en Colombia contra ex responsables del DAS, como Jorge Noguera, condenado a 25 años de cárcel por sus vínculos con los asesinatos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Las desapariciones y muertos no vinculados a la delincuencia común ni a los enfrentamientos bélicos se multiplicaron bajo los dos gobiernos uribistas. Entre otras estrategias horrendas, los falsos positivos, campesinos asesinados que el Ejército vestía y mostraba como trofeos de guerra, como guerrilleros abatidos en combate. Uribe asegura que fueron casos «aislados» pero la fiscalía de la Corte Pernal Internacional ha recibido más de 3.000 casos reconocidos por la fiscalía colombiana. El pasado 8 de septiembre el Tribunal Superior de Medellín le señaló expresamente como «promotor del paramilitarismo». La ley de Justicia y Paz, auspiciada también por él, ofreció importantes beneficios penales a los miembros de las AUC, cuyos relatos no fueron contrastados por las víctimas. Algunos de esos dirigentes lideran hoy nuevas bandas criminales. Estas acusaciones deberían ser suficientes para que el Ayuntamiento de Cádiz retire el Premio Cortes de Cádiz a la Libertad que recibió el expresidente colombiano, como ha reclamado la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía – APDHA.

La guerra en Colombia hunde sus raíces lejanas en la colonización española. El conflicto arrastra una fuerte desigualdad en la propiedad de la tierra y las corruptelas de un sistema político oligárquico. Extender una cultura de diálogo en torno a la distribución de los recursos y el poder político es la única salida colectiva. De lo contrario la paz social volverá a romperse. La respuesta estará en la calle, como han demostrado los campesinos y los estudiantes en las recientes movilizaciones.

Y lo que es peor. Para muchos la respuesta puede volver a estar en las armas. Constituir una Comisión de la Verdad Histórica y establecer un consenso fuerte para la reforma agraria son dos de las prioridades que flotan en la mesa de negociación del Gobierno y las FARC. Por delante queda una reconstrucción anclada en el dolor extremo, el miedo y el silencio. Todos estos síntomas convergen en una sociedad tan vitalista como trastornada emocional y psicológicamente por los horrores de la guerra. Enterrar ese terror requiere primero la paz de los muertos.

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Según expertos estadounidenses Israel posee 80 ojivas nucleares y puede construir 115 más

por Kaos. Internacional

Martes, 17 de Septiembre de 2013
 Según expertos estadounidenses Israel posee 80 ojivas nucleares y puede construir 115 más

Israel, que no es miembro del TNP, mantiene una política de “opacidad nuclear” y nunca ha reconocido ni desmentido poseer armamento nuclear, aunque el ex técnico nuclear Mordekai Vanunu reveló detalles del programa nuclear israelí a la prensa británica en 1986.

Fuentes: Agencias/ Canarias Semanal/ RT

Israel nunca ha confirmado ni desmentido que posea armas nucleares, pero según un nuevo informe elaborado por expertos estadounidenses Tel Aviv cuenta al menos con 80 ojivas operativas y suficiente material para construir 115 más.

En un informe publicado en el Boletín de Científicos Atómicos, los expertos Robert S. Norris Hans M. Kristensen estiman que Israel dejó de producir ojivas nucleares en 2004, una vez que —afirman— llegaron a tener unas 80 municiones. Los expertos consideran que Israel está “satisfecho” con la cantidad de bombas nucleares que posee, aunque si fuera necesario —dicen los autores del informe— sería capaz de reanudar su producción y construir al menos 115 más.Por otro lado, Norris Kristensen recuerdan que Alemania ha suministrado a Israel cinco submarinos clase Dolphin, supuestamente con capacidad para lanzar misiles nucleares, lo que les ha llevado a sospechar que “Israel está equipando algunos de sus submarinos con misiles de crucero con capacidad nuclear”.

La guerra en Siria y el papel de IsraelLas armas de destrucción masiva de Israel han sido objeto de críticas tras la hoja de ruta propuesta por RusiaEE.UU. para destruir las armas químicas de Siria. La iniciativa se considera como un paso significativo hacia una región libre de armas de destrucción masiva.

Los esfuerzos de Rusia y EE.UU. por reducir la tensión en Siria podría generar un efecto dominó, centrando la atención en el  arsenal de armas químicas y biológicas que, supuestamente, posee Israel, como quedó de manifiesto en documentos desclasificados de la CIA.

Cabe señalar que Israel nunca ha ratificado la Convención sobre Armas Químicas ni la Convención sobre Armas Biológicas. Además, en diciembre de 2012 Tel Aviv rechazó una vez más unirse a los miembros del Tratado de No Proliferación Nuclear.

El siguiente cuadro muestra un inventario de armas nucleares desde 1945 hasta 2013.

Irán ha denunciado al Gobierno de Israel por su arsenal nuclear y ha advertido del peligro que supone para la paz y la seguridad globales. Jamenei también ha abogado por un Oriente Próximo libre de este tipo de armamento.“El corrupto régimen sionista es muy peligroso y una gran amenaza para la región debido a su amplio arsenal de armas de destrucción masiva”, ha dicho durante un encuentro con el sultán Qabus bin Said de Omán.

Asimismo, ha criticado a Estados Unidos por su apoyo a Israel y ha recalcado que “la región necesita seguridad, lo que se conseguiría declarando la prohibición de las armas nucleares”, según ha informado la agencia de noticias iraní FARS.

El sultán omaní ha expresado su apoyo a las palabras de Jamenei y ha indicado que “poner fin a la actual situación requiere prestar atención a los intereses de los pueblos y cooperación entre los gobiernos de la región”.

Estados Unidos y la Unión Europea han aplicado duras sanciones contra Irán, incluido un embargo de su petróleo, en un esfuerzo por persuadir a Teherán para que abandone su programa nuclear, que, según alegan, está destinado a fabricar armas atómicas.

Sin embargo, Irán ha rechazado estas acusaciones y ha aseverado en reiteradas ocasiones que el programa nuclear tiene únicamente fines civiles pacíficos y que se enmarca dentro del Tratado de No Proliferación (TNP).

El TNP, del que Irán es parte, establece entre otras cosas que, para evitar la proliferación, los países que ya cuentan con energía nuclear han de facilitarla a los países que no la tienen en caso de que estos decidan utilizar esta energía para fines pacíficos.

Israel, que no es miembro del TNP, mantiene una política de “opacidad nuclear” y nunca ha reconocido ni desmentido poseer armamento nuclear, aunque el ex técnico nuclear Mordekai Vanunu reveló detalles del programa nuclear israelí a la prensa británica en 1986.

A día de hoy, las estimaciones apuntan a que Tel Aviv posee entre 75 y 400 ojivas nucleares y que tiene la capacidad de lanzarlas por medio de aviones, submarinos o misiles balísticos intercontinentales.

(Con información de Europa Press)

http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/68521-seg%C3%BAn-expertos-estadounidenses-israel-posee-80-ojivas-nucleares-y-puede-construir-115-m%C3%A1s.html

Entre el terror y la corrupción en Afganistán

La estabilidad del gobierno de Hamid Karzai en Afganistán se ve más amenazada por dentro que por fuera. El terrorismo y la corrupción son los principales males que erosionan sus fundamentos.

“La corrupción está socavando la poca legitimidad que le quedaba al gobierno”, señaló Qader Rahimi, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán. “La población no confía en el gobierno. No cree que trabaje para el bien de todos”, dijo.

La comunidad internacional hasta ahora ha concentrado su su esfuerzo en luchar contra la red radical islámica Al Qaeda y el terrorismo, pero es tiempo de que se enfoque en el combate a la corrupción, “nuestro mayor enemigo”, añadió.

Las estadísticas disponibles confirman esta urgencia. Según información reunida por la Alta Oficina Afgana para Vigilancia y Lucha contra la Corrupción (HOOAC, por sus siglas en inglés) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la mitad de los ciudadanos de este país pagaron una multa en 2012 cuando realizaron un trámite público.

El estudio, titulado “Corruption in Afghanistan: Recent Patterns and Trends” (Corrupción en Afganistán: Patrones y tendencias recientes), divulgado en febrero, calcula que los afganos pagaron 3.900 millones de dólares en coimas el año pasado.

Cuando falta poco más de un año para que las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cedan el control total del territorio a las autoridades locales, la sociedad afgana se pregunta cuáles han sido los progresos desde 2001, cuando la invasión liderada por Estados Unidos desalojó del poder al movimiento islamista Talibán.

Muchos se preguntan cómo puede avanzar este país si hace 12 años que es escenario de combates cada vez más frecuentes y destructivos.

Según el último informe sobre “Protección de civiles en conflictos armados”, elaborado por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, el número de bajas civiles aumentó 23 por ciento en los primeros seis meses de este año respecto de 2012.

Toda esta situación se agrava con la falta de confianza de la población en la administración de Karzai.

“Hay una enorme brecha de comunicación entre el pueblo y el gobierno”, advirtió Abdul Khaliq Stanikzai, gerente regional de la no gubernamental Sanayee Development Organisation.

“La población no tiene ni mecanismos ni instrumentos para hacerse oír y para influir en la toma de decisiones del gobierno”, dijo a IPS.

Esto ha creado una gran desconfianza mutua, que se agrava debido a la brecha entre las expectativas creadas y el logro de las aspiraciones en materia económica, de desarrollo, de derechos humanos, de funcionamiento de las instituciones y, sobre todo, de justicia social e igualdad.

“Tras el derrocamiento del Talibán, la población esperaba un gobierno transparente e igualitario. Ahora, nadie espera nada del gobierno”, dijo Asif Karimi, coordinador de proyectos en Kabul de The Liaison Office, organización dedicada al fomento de la paz entre comunidades afganas.

La mayoría de los afganos, apuntó, repudian tanto al Talibán como al gobierno de Karzai.

Por su parte, Mirwais Ayobi, profesor de derecho y ciencias políticas en la Universidad de Herat, cree que la población se vuelca cada vez más por el movimiento islamista. “Si le pides al Talibán que resuelva una disputa, se enfoca en lograr una reconciliación”, dijo a IPS.

Ayobi considera que la corrupción en el sistema político y administrativo es un enorme desafío, porque erosiona la confianza de los ciudadanos.

Afganistán se ubicó en el tercer lugar del Índice de Percepción de la Corrupción 2012, elaborado por la organización Transparencia Internacional, detrás de Somalia y Corea del Norte.

El monto de los sobornos varía de un sector a otro, según el estudio de HOOAC-UNODC.

“Las coimas suelen ser mayores en el sistema judicial”, señaló, donde promedian los 300 dólares. Mientras, los sobornos que cobran funcionarios de aduanas rondan los 200 dólares, y los que exigen otros empleados públicos van de 100 a 150.

Muchos analistas creen que se trata de un problema estructural, entre ellos Rahman Salahi, exdirector de la Shura de Profesionales de Herat, organización no política que reúne a abogados, economistas, maestros, ingenieros y otros que demandan una más activa participación de la sociedad civil en la reconstrucción del país.

“Hasta hace pocos años, teníamos lo que básicamente era un sistema económico socialista, basado en el molde dejado por la ocupación soviética”, explicó Salahi .

“Cuando intervino la comunidad internacional adoptamos un sistema de libre mercado sin contar con las adecuadas estructuras institucionales para supervisarlo o para adoptar pautas”, añadió.

Antonio Giustozzi, catedrático visitante en el Departamento de Estudios de Guerra en el King’s College de Londres y experto en Afganistán, explicó que “la cantidad de ayuda enviada al país, así como los mecanismos para su distribución y asignación, excedieron la capacidad de absorción de la sociedad y de las instituciones para administrarla”.

Este desajuste entre el flujo de ayuda y la estrecha capacidad de absorción dio lugar a la corrupción, que ahora está “totalmente enraizada en el sistema político”, señaló el analista.

Aparte de esas razones estructurales, la comunidad internacional también habría fomentado una cultura de impunidad en el país al fortalecer a los señores de la guerra.

Organismos internacionales “les dieron poder político y dinero a los señores de la guerra, a esos que cometieron crímenes, a esos que mataron a miles de inocentes, a esos que están involucrados en el sistema de corrupción”, afirmó Sayed Ikram Afzali, jefe de cabildeo y comunicaciones de la organización Integrity Watch Afghanistan.

“La población pensaba que las cosas cambiarían, que habría justicia e igualdad tras la derrota del Talibán”, dijo , pero eso no ocurrió.

No obstante, todavía cree que hay esperanza. “Los señores de la guerra no tienen raíces en la población, porque le han negado la justicia social a los afganos y secuestraron al Estado. Es tiempo de que el Estado se libere de estas personas”, señaló.

http://periodismohumano.com/en-conflicto/entre-el-terror-y-la-corrupcion-en-afganistan.html

Más de lo que no se habla sobre Siria

Vicenç Navarro
VICENÇ NAVARRO

Pensamiento Crítico

En un artículo (“De lo que no se habla sobre Siria”) que escribí hace unos días en Público 10.09.13, intentaba dar una versión diferente de lo que estaba ocurriendo en Siria (referente al ataque casi inminente de las Fuerzas Armadas de EEUU a aquel país). En mi artículo mostraba evidencia de que la explicación que se estaba dando en los mayores medios de información en España para explicar la propuesta realizada por la Administración Obama de bombardear Siria era errónea. Los datos no confirmaban que la motivación principal de dicho bombardeo fuera moral, resultado de la indignación creada por la utilización de armas químicas por el dictador Asad de Siria. Por muy legítima que fuera tal indignación (y lo era), esta no era la motivación real de las propuestas de la Administración Obama. En mi artículo subrayaba y mostraba evidencia de que el deseo de la Administración Obama era debilitar al gobierno Asad en Siria y recuperar la influencia del gobierno federal de EEUU, cuya política exterior tiene poco que ver con la defensa de los derechos humanos en el mundo (como también mostraba en mi artículo) y sí, en cambio, con la defensa de los intereses de los poderes financieros y económicos de lo que en EEUU se llama la Corporate Class, defendidos por el complejo militar-industrial. En el artículo señalaba que tales intereses entraban en conflicto con los de las clases populares de EEUU, que se estaban rebelando de una manera muy notoria en contra de dicha Corporate Class y en contra de las instituciones políticas representativas, cuyas políticas están muy influenciadas por esa clase social.

¿Por qué ahora la vía diplomática y no antes?

Los hechos acaecidos desde entonces prueban la veracidad de este análisis. En cuestión de días, la Administración Obama ha cambiado de estrategia, mostrando mayor receptividad a la solución diplomática y aceptando explorar la posibilidad de eliminar y/o controlar por parte de instituciones internacionales las armas químicas en posesión del gobierno Asad. En contra de lo que han publicado los medios, tal propuesta no es nueva. En realidad, y tal como ha documentado The New York Times “An Unlikely Evolution, From Casual Proposal to Possible Resolution” (11.09.13), dichas negociaciones han estado teniendo lugar desde hace un año entre el gobierno ruso y el estadounidense.

Y el hecho de que ahora aparezcan como posibilidad es primordialmente porque la Administración Obama se ha dado cuenta de la enorme oposición de la gran mayoría de la ciudadanía estadounidense a que ocurriera tal bombardeo de Siria. Ha sido el bombardeo del Congreso y de la Casa Blanca de EEUU con mensajes de la población expresando su clara oposición al bombardeo de Siria lo que ha sido determinante en este giro de la Administración Obama. Es obvio que el Congreso, sometido a tal grado de presión popular, hubiera votado claramente en contra del bombardeo militar, debilitando enormemente a la Administración Obama. De ahí el cambio de esta.

Según la última encuesta del New York Times/CISS, así como otras (citadas en mi artículo “De lo que no se habla sobre Siria”), la gran mayoría de la población está en contra del rol de “policía mundial” que se atribuye el gobierno federal, en contra de su interferencia militar en otros países, en contra del bombardeo a Siria, en contra del considerado excesivo gasto militar y a favor del aumento de los gastos públicos sociales para atender las enormes necesidades humanas existentes en el país (documentado también en mi artículo). También, y por grandes mayorías (según las encuestas de PEW Research Center y Common Cause), la mayoría de la población estadounidense cree que hay una excesiva concentración de poder financiero, económico y político en el país, y también cree que ese poder se traduce en que las ramas ejecutivas y legislativas del Estado están excesivamente influenciadas por intereses fácticos financieros y económicos (solo el 15% de la población expresa confianza en el Congreso de EEUU). Y, nota importante para aquellos que, tanto en las derechas como en las izquierdas en España, niegan que existan clases sociales y que estas estén en conflicto: la mayoría de la población en EEUU cree que hay un conflicto de clases (un 65%), que alcanza un 74% entre los afroamericanos. El incremento del porcentaje de la población que percibe este conflicto ha sido uno de los desarrollos más importantes en EEUU (PEW Survey. Social Trends 12.01.2011) y que tiene a la Corporate Class muy preocupada. Dicho conflicto se percibe como un conflicto entre la mayoría de la población contra la minoría que controla y gobierna el país. Este es el trasfondo del debate que está ocurriendo en EEUU. Y refleja la rebelión de la mayoría frente al rol imperial de la minoría que se ejerce a costa del bienestar de las clases populares.

Dos últimas observaciones. Esta realidad es muy relevante para lo que está ocurriendo en España (y en Catalunya). En realidad, España es uno de los países de la OCDE con mayores desigualdades y mayor concentración de las riquezas, concentración que empobrece la calidad democrática del país como consecuencia de la excesiva influencia de poderes fácticos y económicos en la vida política del país. La crisis de legitimidad del Estado federal en EEUU responde a las mismas pautas que encontramos también en España. Existe en España una necesidad de movilizaciones populares (con bombardeos de mensajes de protesta, siempre no violentos) como está ocurriendo en EEUU para mostrar un “Basta ya”, con el intento de recuperar la democracia.

En España, el Movimiento 15M ha mostrado, como así lo ha mostrado el movimiento Occupy Wall Street en EEUU, el enorme potencial de simpatía, apoyo y movilización popular que tienen sus denuncias de la minoría que gobierna la vida financiera, económica y política del país. De ahí la necesidad de tal movimiento político-social (que no debería convertirse en partido político, pues perdería con ello su capacidad de movilización transversal) que presione y transforme los instrumentos e instituciones llamados democráticos, revolucionando el país.

Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Ver todos los artículos de Vicenç Navarro.

http://www.elplural.com/2013/09/15/mas-de-lo-que-no-se-habla-sobre-siria/

Seis propuestas para la paz en Siria y un réquiem por Obama

Nazanín Armanian

La agresión militar de EEUU y sus socios a Siria estaba preparada meses antes del supuesto uso de las armas químicas por el gobierno de Bashar Al Asad. Washington sólo necesitaba un ’11-S’ para justificar su decisión, que curiosamente se ultima en torno al 11 de septiembre. El 24 de marzo The Washington Post informó de que el Pentágono tenía preparado el envío de tropas a Siria y realizar una serie de bombardeos aéreos sobre el país. El 16 de mayo, 41 países liderados por el Pentágono realizaron unos ejercicios navales sin precedentes en el golfo Pérsico. Una semana después, el Senado de EEUU aprobó, por 99 votos a cero, una resolución de apoyo a un posible ataque de Israel contra Irán (¡noticia que pasó desapercibida y no escandalizó a nadie!). El 5 de Junio, 8.000 soldados de 19 países hicieron maniobras en la frontera jordano-siria con misiles Patriot y aviones de combate F-16, y lo llamaron ‘Eager Lion’ (‘León impaciente’). Asad en árabe significa león.

Caerán sobre la población siria una lluvia de misiles y bombas, a pesar de que Barak Obama no haya podido vender su guerra a los aliados, y ni siquiera a la opinión pública de su país. Una opinión pública que no entiende cómo el presidente se une a unos rebeldes acusados de graves atentados contra los intereses occidentales en todo el mundo, y luego en Afganistán o Yemen los combate. Tampoco ve una hoja de ruta, una estrategia de salida, ni una consecuencia positiva, como instalar la democracia o salvar a la población. Temen que, de nuevo, les están mintiendo. Como lo hicieron James Clapper, director nacional de Inteligencia (NSA), y su compañera demócrata Dianne Feinstein. Admitieron -tras las revelaciones de Snowden- haber mentido ante el Senado sobre la recopilación de datos de millones de ciudadanos, al puro estilo de la Inquisición católica. Si Obama tiene pruebas sobre la culpabilidad de Asad, ¿por qué no las enseña? Bueno, tampoco enseñó ninguna prueba sobre el asesinato de Bin Laden, ni de la matanza de civiles por el dictador Gadafi. The Guardian publicó (12 de marzo de 2011) que, según los rebeldes, el ejército de Gadafi iba a matar a medio millón de personas. ¡Podrían haber dicho dos o tres millones y se lo hubieran publicado igualmente! No se sabe cuántos murieron a manos de aquel hombre, pero sí que los tres meses de bombardeo continuo de la OTAN sobre el país segó la vida de unos 50.000 libios.

El “no a la guerra” del parlamento británico no es por su pacifismo. Votaron a favor de la invasión de Irak y del embargo genocida contra aquel pueblo. Están cumpliendo el consejo de Sun Tzu: “la guerra hay que ganarla antes de declararla”. Y esto sólo sería posible si el blanco es débil. Siria no es un Irak agonizando tras años de asedio, ni la Libia previamente desarmada, ni mucho menos el Afganistán de unos desharrapados que no tenían ni un helicóptero. Los diputados son valientes con los débiles. Mientras, el ejército sirio es poderoso, cuenta con armas modernas, y es apoyada por Rusia e Irán. Meterse con Siria supondría altísimos riesgos para su seguridad nacional y sus intereses en la región ahora que, además, vuelve a reanudar las relaciones diplomáticas con Teherán.

Obama oculta que:

-Esta agresión será más peligrosa que las anteriores que su país emprendió. En 1983, como respuesta a la invasión israelí al Líbano y los bombardeos de EEUU, la Yihad islámica mató en un doble atentado simultáneo en Beirut a 241 marines estadounidenses y 58 paracaidistas franceses.

-Habrá botas sobre el terreno. El Pentágono ha calculado que para “controlar las armas químicas de Siria” necesita a 75.000 soldados en suelo sirio.

-El ataque es ilegal. La Carta de las Naciones Unidas sólo permite el uso de fuerza en dos casos: defenderse ante un ataque inmediato –que no es el caso-, o contar con la autorización del Consejo de Seguridad en respuesta a una amenaza a la paz y la seguridad internacionales, que tampoco lo es.

¿Fin de la “obamania”?

Dicen que no fue por perversidad que Calígula nombrase cónsul a Incitato, uno de su caballos, sino una insinuación a que su imperio podía seguir su curso al margen de quien le dirigiese. La invasión a Siria será la guinda a cinco años traicionando a sus promesas electorales y a la imagen que vendió Barack Husein Obama al mundo. Ahora sufre, con la negativa de buena parte de sus aliados y la del G-20 en aprobar su nueva hazaña bélica, la derrota más grande de su política exterior.

Los congresistas, que reciben suculentos donativos de los grupos de presión, aprobarán la acción militar. La industria armamentística donó a los candidatos de ambos partidos 22,6 millones de dólares durante la campaña electoral del 2009-2010. Arabia pagará 70 millones de dólares de los gastos iniciales de la invasión. Si el precio del petróleo alcanzase los 150 dólares, exportando diez millones de barriles al día, ¿cuánto ganarían en 24 horas, en un mes y un año que dure el conflicto? De paso, para alegría de EEUU, la invasión tumbaría la economía china (que no la de Europa, que por suerte está en recesión y no le afectaría mucho). Es otro festín para las empresas de armas como Raytheon, cuyas acciones subieron esta semana. Buena parte de la venta de armas del 2011, y cuyo valor era 85.000 millones de dólares -el doble que en 2010-, fue a parar al Oriente Próximo.

Los aliados desafían el papel de liderazgo de Washington y los americanos se movilizan por la paz.

Aun así, Obama se empeña en ir a la guerra, a pesar de que cometer tal acto criminal contra una población civil indefensa es lo que dañaría su imagen y no echarse para atrás. La supuesta obligación moral tampoco se realiza aplicando el ojo por ojo y un castigo colectivo a los inocentes por lo que han hecho unos individuos aún por identificar. Es más, si Siria tuviera la bomba atómica, Obama hubiera guardado su obligación moral en un baúl bajo siete llaves. Fue durante la presidencia de Obama cuando Israel utilizó el fósforo blanco, arma química prohibida, y no le pasó nada a su moral. Quizás pretende recurrir al keynesianismo militar para salir de la crisis, o quizás sabe que no podrá conseguir el permiso del Congreso para un ataque a Irán, y considera que esta será la oportunidad de asestar un golpe a la República islámica: sería ir del Golfo de Tonkin al Golfo Pérsico. La arrogancia y la hipocresía han sido las dos columnas de la política exterior de este país.

En realidad, la línea Roja que Obama estableció no era el uso de esas malditas armas (antes utilizadas por ambos bandos), sino el fin del equilibrio entre los rebeldes y el gobierno sirio. Y el ejército pasó esa línea cuando empezó a recuperar las localidades ocupadas. La última hace unos días: el enclave cristiano de Malula, de habla arameo, en manos de los fanáticos Al Nasr, los talibanes sirios.

Por su cultura y formación, y siendo además comandante de las fuerzas armadas, el presidente americano es como un martillo al que todo le parece un clavo. Busca soluciones militares a los problemas. “Yo soy el mundo” es el síndrome del triunfalismo, una enfermedad psicológica que padecen los mandatarios de EEUU, originada por la desaparición de la Unión Soviética.

Ni guerra ni dictadura

Durante la invasión a Irak, a los oriundos de Oriente Próximo nos sorprendía la caída de las fuerzas progresistas occidentales en el maniqueísmo del pensamiento único: o conmigo o contra mí. Defendían a un carnicero como Sadam Husein frente a Bush, un criminal de guerra, cuando él era corresponsable del calvario que su pueblo sufría desde al menos dos décadas. Sucede lo mismo con Bashar Al Asad, un despiadado dictador narcisista, paranoico y manipulador, que identifica cualquier reivindicación popular con la conspiración de sus enemigos extranjeros, y por ende, se niega a realizar reformas reales. Los paramilitares gubernamentales utilizan los mismos métodos para aterrorizar a la población que los rebeldes. Ahora bien, pedir su cabeza en estos momentos y ante las dimensiones que la tragedia siria está tomando, es un error. Mirad Irak y Libia. Una dictadura es mejor que una eterna guerra total. Asad ya ha aceptado convocar elecciones libres para el 2014 y no presentarse.

La paz es posible

Las vías pacíficas para poner fin al conflicto no están agotadas. Lo necesario para empezar es:

1. Que se deje de utilizar el término “comunidad Internacional” para referirse a EEUU y a sus aliados, excluyendo a Rusia, China, India, Brasil, entre otros, que son los países más grandes y más poblados del planeta. No se puede hacer de policía, de juez, del jurado y del verdugo a la vez y en nombre de la humanidad, provocar una terrible catástrofe.

2. Que Ban Ki-moon convoque una reunión urgente de la Asamblea General de la ONU, con autoridad para decidir sobre el conflicto, y empezar así a reducir el peso del Consejo de Seguridad.

3. Que Rusia y EEUU utilicen su influencia para imponer un alto el fuego, un embargo del material militar tanto al Gobierno como a la oposición siria, recurriendo a la amenaza de romper los contratos de venta de armas con Asad y también con Turquía, Arabia e Israel, que apoyan a la oposición armada.

4. Que China y Rusia, además de oponerse a la agresión militar, propongan una alternativa política de consenso, apoyando a las fuerzas progresistas internas (como el Comité Nacional de Coordinación de las Fuerzas de Cambio Democrático, entre otras), para preparar unas elecciones libres.

5. Que Irán convoque una reunión urgente del Movimiento de los No Alineados. El gobierno de Rohani, en un acto sin precedentes, felicitó a los judíos su fiesta de Rosh Hasaná. La ONU debe aprovechar esta nueva postura de Irán e implicarle en la pacificación de la región.

6. Que la verdadera comunidad internacional dé ayuda humanitaria a los millones de damnificados por el conflicto.

7. Que España, en vez de apuntarse a la guerra, utilice sus relaciones tradicionales con el mundo árabe y albergue una conferencia de paz para Siria.

http://blogs.publico.es/puntoyseguido/968/seis-propuestas-para-la-paz-en-siria-y-un-requiem-por-obama/